¿Afecta la estética a la percepción de la usabilidad?

Desde que leo libros y artículos sobre diseño siempre me encuentro con la máxima que señala que la estética de un diseño afecta la percepción de la usabilidad.

Es decir, que los usuarios son más tolerantes con los pequeños problemas de usabilidad si la interfaz con la que interactúan es visualmente atractiva.

Esto es un mito, y a continuación te cuento por qué.

La percepción de belleza es subjetiva

Edmund Burke explora en su tratado filosófico De lo sublime y de lo bello (1757) cuales son las causas de lo bello y lo sublime. Antes y después de él ha habido otros autores, como Kant (Crítica de la facultad de juzgar, 1790), los textos de Shaftesbury y Diderot (s.XVIII) y Pierre Bourdieu (s.XX) que han estudiado este tema. En este enlace de Wikipedia encontrarás resúmenes de los distintos enfoques.

La belleza y la estética dan para muchos estudios, pero en términos generales podríamos considerar que son subjetivos. Dependen mucho de nuestra cultura y de todo aquello a lo que hayamos sido expuestos y hayamos aprendido a lo largo de nuestra vida.

Tomando este hecho como base, siempre me he preguntado cómo es posible probar que la estética afecta la usabilidad si para cada individuo puede ser diferente 🤔

Usabilidad aparente y usabilidad inherente

El primer estudio que hay sobre este tema es Apparent usability vs. inherent usability. Experimental analysis on the determinants of the apparent usability, de Masaaki Kurosu y Kaori Kashimura (1995).

Este artículo académico es el que más se referencia para sustentar la máxima que te comentaba antes: que la estética afecta la percepción de la usabilidad.

El problema es que el documento se interpretó mal, hecho que ha llevado a la creación de un mito.

Kurosu y Kashimura creían que los productos deben tener usabilidad aparente y usabilidad inherente. Encontraron cierta correlación, pero el problema es que el estudio no comparaba estética y usabilidad. Para los autores, usabilidad aparente no hace referencia a la estética, sino en si parece fácil o no utilizarlo (nada que ver con la estética en sí misma).

Si te lees su estudio verás que se basaba más en analizar varias disposiciones de teclas en una interfaz de ATM que no en qué pasaba si utilizaban determinadas tipografías, paletas cromáticas, imágenes, iconos, etc.

Captura del estudio de Kurosu y Kashimura (1995)

Otros estudios al respecto

A raíz del estudio de Kurosu y Kashimura ha habido multitud de autores que han intentado probar que existe una correlación entre la estética de un producto y la usabilidad percibida, con resultados dispares.

Para escribir este artículo me he basado en estudio publicado en Computers in Human Behaviour titulado «Is beautiful really usable? Toward understanding the relation between usability, aesthetics and affect in HCI«. Fue realizado por Alexandre N.Tuch, Sandra P.Roth, Kasper Hornbæk, Klaus Opwis y Javier A.Bargas-Avila en 2012 y trata de demostrar si existe o no esta famosa relación entre estética y usabilidad.

Los autores parten de esta constatación:

It is currently unclear under which circumstances the aesthetics of an interface influences perceived usability, or vice versa. This can be attributed to the lack of experimental studies manipulating aesthetics and usability as independent variables (…). The causality is solely a matter of theoretical reasoning and cannot be tested by existing data.

Por ello su estudio se basa en tres hipótesis:

  1. La estética de la interfaz afecta la usabilidad percibida antes de utilizar (el diseño)
  2. La estética de la interfaz afecta la usabilidad percibida después de utilizar (el diseño)
  3. La usabilidad de la intefaz afecta la estética percibida después de utilizar (el diseño)

El estudio se realizó con 80 participantes, que tienen que llevar a cabo determinadas tareas en un e-commerce. Para poder realizar el estudio correctamente, los autores prepararon versiones «bonitas» y «feas» de la interfaz y «fáciles» y «difíciles» de utilizar.

Resultados del estudio

Contra toda expectativa, la estética de la interfaz no afectó la percepción de la usabilidad, ni antes ni después de interactuar con el e-commerce.

Lo que sí sucedió fue exactamente lo contrario: la percepción de la estética quedaba afectada por la usabilidad de la interfaz. Cuanto más difícil era de utilizar, más baja era la puntuación que se daba a la estética del diseño.

A frustrating usability experience may lead to a negative affective experience for the user, which in turn reduces the ratings of perceived aesthetics. In other words, users get frustrated by poor usability and therefore they rate the interface more negatively in general, including its aesthetics.

Apuntes finales

¿Qué significa esto para l@s diseñador@s? Como ya apunté en Metro de NYC: ¿diseñas para el diseño o para el usuario?, hay que analizar con cautela lo que se nos cuenta.

En este caso hay estudios que parecen confirmar la hipótesis de que la estética afecta la percepción de la usabilidad, pero también hay otros que pueden negarla. Lo único que podemos hacer en este caso es, como bien apunta Nielsen en su artículo, tener en cuenta que la forma y la función deben funcionar juntas y que es importante trabajar bien ambas a la vez.

Ya sabes de qué va: diseña utilizando estándares y buenas prácticas, pero no dejes de lado la estética.

Si quieres estudiar y medir la usabilidad de tus diseños de forma periódica puedes echar mano de un método ampliamente probado como el System Usability Scale o realizar tests con usuarios.