Entrevista a Isa Ludita, capitana de La Nave Nodriza

Entrevista a Isa Ludita (La Nave Nodriza)

¡Hola Isa! Para quien no te conozca, ¿podrías explicarnos un poco de tu historia?

¡Hola Cris! Pues en este mundillo todo el mundo me conoce como Ludita, que es el alias que uso en redes sociales desde… desde antes de que existieran, jajaja. Me lo puso Jesús Gorriti, y me define perfectamente porque «cuanto más digital soy, más analógica me siento».

Empecé emprendiendo, con 22 años (1995) monté Tisana, un estudio de diseño con mi hermana mayor, que era diseñadora. Al principio sólo hacíamos branding y editorial, pero yo me fui especializando en «diseño web». De ahí pasé a Software AG, una gran multinacional alemana de tecnología en la que fui la primera diseñadora (2000), y luego, en pleno boom inmobiliario (2005), entré en idealista.com

Tras doce años trepidantes, empecé a sentirme desmotivada (2007), ya no tenía la misma ilusión que antes, así que decidí parar y repensar qué quería hacer con mi vida. No sabes cuánto me alegro de haber hecho caso a esa voz interior que me decía que algo no estaba bien, aunque todo alrededor parecía ideal.

Fueron dos años sabáticos, en los que me dediqué a conectar con lo que realmente me motivaba. Fui a eventos internacionales de diseño (Reboot, SXSW), visité escuelas por toda Europa, viajé por el mundo con mochila y sin billete de vuelta, conocí realidades que me eran lejanas, hice amistades para toda la vida… y volví convencida de que el diseño es una herramienta poderosísima para cambiar el mundo.

Había madurado como mujer y como diseñadora. Entré en Secuoyas (2010) a montar el equipo de UX, definir metodologías de trabajo… en esa época las consultoras estábamos redefiniendo la narrativa para que se entendiera que el diseño aportaba valor estratégico en los proyectos, y no sólo en el diseño de interfaces.

También esa etapa terminó, y desde 2013 me dedico a proyectos e iniciativas propias: soy la capitana de la escuela de diseño La Nave Nodriza, formo parte de la red de diseño ilios y soy co-fundadora del colectivo MeWeAll.

 

¿Nos cuentas lo del Premio Nacional de Diseño?

Total, que llevo 25 años trabajando en el diseño de productos y servicios digitales, y mi carrera es la historia de una profesión que no existía cuando empezamos.

El año pasado (2020) recibí la Mención Especial del Jurado del Premio Nacional de Diseño, en la categoría trayectoria profesional, algo que me hace muy feliz porque soy una de las primeras mujeres en recibir este premio, y porque por fin se reconoce una disciplina que no existía cuando yo, y muchas otras personas como yo, empezamos a tener en cuenta las necesidades de los usuarios que interactuaban con la tecnología.

Isa Ludita, recibiendo la Mención Especial en Diseo 2020

Recibiendo la Mención Especial en Diseño 2020 en la modalidad “Profesionales” de manos de los Reyes de España.

Esto es lo que el jurado destacó de mi trayectoria: «Por la apertura de caminos, la construcción de comunidades, la promoción del aprendizaje y la formación de nuevas generaciones de profesionales de las nuevas disciplinas del diseño».

La verdad es que «las nuevas disciplinas del diseño» son tan nuevas que todavía no tenemos claro cómo nombrarlas ni cuál es su alcance: he sido diseñadora web, de interacción, de experiencia de usuario, UX, diseñadora de producto, de servicios, estratégica, de experiencias de aprendizaje… las etiquetas pueden variar, pero ya somos tres las personas premiadas que nos dedicamos a las nuevas disciplinas del diseño: Silvia Ferpal en 2019, yo en 2020 y Danny Saltaren en 2021.

 

¿Cuál es tu formación y cómo llegaste al mundo del diseño?

Soy Licenciada en Ciencias de la Información, con 18 años buscaba una carrera que me llevara a un trabajo «creativo» y entré en Publicidad. Enseguida me di cuenta de que no iba a dedicarme a ello, parafraseando a Papanek, no quería «crear a la gente necesidades que no tiene, para que compre productos que no necesita, con dinero que no tiene, para impresionar a personas que no conoce».

Sin embargo en «la usabilidad» encontré el planteamiento opuesto: el rol del diseño era precisamente entender bien las necesidades, las motivaciones y el contexto de las personas usuarias, para proponer soluciones que les permitieran alcanzar sus objetivos con eficacia, eficiencia y satisfacción. ¡Y me cambió la vida para siempre!

Con el tiempo, he ido reconciliándome con la carrera, me ha sido muy útil profesionalmente conocer teoría de la comunicación, y tener nociones de psicología, sociología, economía, legislación, creatividad… Aunque te confieso que aún no he ido a recoger el título 🙄

Algo que no se suele considerar formación, pero que me ha marcado profundamente, es que de pequeña fui scout, y luego monitora de tiempo libre. Hay muchos prejuicios en torno a los scouts, en mi caso la experiencia fue buenísima. Aprendí valores como la tolerancia y la inclusión, el respeto a la naturaleza, el valor de la diversidad y la amistad, trabajar en grupo y por proyectos… pensamiento crítico, civismo, y un sentido profundo del propósito. ¡Además, un campamento es un gran reto de diseño!

Cuando empecé a trabajar como diseñadora web apenas había formación en lo nuestro. En esa época en Madrid nos conocíamos todos y formábamos parte de Cadius, una comunidad profesional iniciada por Javier Cañada y Nacho Puell, en torno a un foro y un encuentro mensual. Nos organizábamos para aprender entre nosotros, y yo organicé durante varios años los Laboratorios de Cadius Madrid (2004), y también formé parte de la primera desconferencia (2006), y más tarde de la organización del 04×10 (2012)… siempre me han interesado los espacios informales de aprendizaje, las pedagogías activas, y compartir conocimiento dentro de la comunidad profesional.

Isa Ludita con Jesús Carreras y Agustín Jiménez en la Desconferencia (2007)

Con Jesús Gorriti, Jesús Carreras y Agustín Jimenez, durante la primera desconferencia. Madrid 2007

Además, en mi año sabático (2007) hice un curso en CIID, mi escuela danesa de cabecera, y volví fascinada con su visión del diseño y su metodología de aprendizaje.

A día de hoy, yo me sigo matriculando en formaciones continuamente. Además de todos los cursos talleres que damos en La Nave Nodriza, en los últimos años estoy aprendiendo facilitación visual y de grupos, democracia profunda, sociocracia y diseño organizacional, diseño para el cambio, innovación pedagógica y diseño de experiencias de aprendizaje… esto no tiene fin, querida.

 

¿Cómo surgió la necesidad de construir un proyecto como La Nave Nodriza?

Siempre decimos que La Nave Nodriza es “La escuela de diseño en la que nos hubiera gustado aprender”. Cuando la fundamos (2013), con Juan Leal e Ignacio Buenhombre, apenas había formación en Diseño de Experiencia de Usuario, y nosotros teníamos muchas ganas de poner en práctica otras formas de aprender, más basada en el desarrollo de competencias que en la transmisión «lineal» de conocimiento.

Isa Ludita en La Nave Nodriza

La oportunidad estaba clara (y de hecho no han parado de aparecer nuevas escuelas, nuevos cursos, nuevas comunidades) y nuestro reto era, y es, formalizar esa vocación de compartir conocimiento, diseñando la propia experiencia de aprendizaje. Por eso uno de nuestros lemas es desde el principio “en La Nave no se estudia, se aprende”.

En esa época no se hablaba de reskilling y upskilling, pero siempre tuvimos en cuenta que había gente que se estaba iniciando en esta profesión, y gente con distintos niveles de experiencia, que necesitaba inspiración y nuevos campos de aprendizaje.

También queríamos ser una pieza a caballo entre la academia y la industria: por eso desde el principio involucramos a profesionales del sector para dar clases, para mentorizar proyectos, proponer retos, coordinar formaciones… que además es otra forma de aprender y crecer profesionalmente.

Empezamos con el I Gran Curso de Diseño de Productos Digitales, que duró desde noviembre hasta julio. Desde entonces no hemos parado de crecer pero con mesura, a un ritmo orgánico. Es algo que tal vez no se estila, pero que funciona y nos permite ir lanzando propuestas bien maduradas, validadas con la nueva realidad profesional, como Product Manager, UX Research, Diseño de Interfaces de Voz o el Diseño Organizacional.

También con la pandemia, nos tuvimos que adaptar a Lo Remoto y el experimento salió bien, ahora alternamos los talleres presenciales y en remoto, que nos gustan mucho porque nos permiten llegar a muchos más lugares y a más personas.

 

En La Nave Nodriza tenéis el Programa de Diseño de Experiencia de Usuario, que está formado por dos cursos: diseño estratégico y diseño de interacción. ¿Qué lo diferencia del resto de formaciones?

Yo no he visto nada como nuestro Programa de Diseño de Experiencia de Usuario, creo que estamos a años luz de otras propuestas: por el temario, por el modelo pedagógico, por la cantidad de profesionales que participan en la formación, por la manera en que conecta con la realidad profesional, por la potencia de la comunidad de aprendizaje… y también, por el tipo de retos que abordamos: los ODSs. Los proyectos fin de curso proponen soluciones que mejoran la vida de las personas y del planeta, y tienen un nivelón que supera de largo a muchos productos y servicios que realmente existen en el mercado.

El punto de partida fue asumir que en realidad hay dos especialidades entre la gente que nos dedicamos al diseño de productos y servicios digitales: por un lado el diseño estratégico, más centrado en comprender los problemas (por qué), la visión de zoom out, etc. y por otro lado el diseño de interacción, más orientado al craft, a crear lo digital (cómo), el diseño de interfaces, etc. Todas las personas que nos dedicamos al diseño de productos y servicios digitales hacemos las dos cosas, aunque acabamos especializándonos en una u otra.

Programa de Diseño de Experiencia de Usuario en La Nave Nodriza

Diseñamos este programa con Lola Martín Gil, Daniela Rogoza, Deivid Saenz y Kike Valdenebro, y cada año lo vamos iterando.

Las dos especialidades son complementarias, y por eso los dos cursos ocurren en paralelo, y una parte del programa es transversal, hay clases en las que los dos cursos se juntan, generando conversaciones más ricas. Como ves, en ningún momento he hablado de UX/UI, me parece una simplificación que no ayuda a darle la categoría que realmente tiene nuestra profesión.

Igual que el proceso de diseño no es lineal, este curso está diseñado de forma iterativa y consta de tres arcos formativos, que tienen distinta duración, distintos objetivos de aprendizaje, distintas materias… y están articulados por la realización de tres proyectos.

Los estudiantes están haciendo proyectos desde el primer día del curso hasta el último, porque el diseño es una metodología proyectual, y hay ciertas cosas que sólo se aprenden al ponerlas en práctica. Haciendo proyectos aprendes a hacerte las preguntas adecuadas, a iterar, a habitar la incertidumbre, a planificar, a dar y recibir feedback… siempre con el apoyo de mentoras con amplia experiencia profesional.

Algo que tampoco he visto en ninguna escuela y para mí es vital es que cada el curso está diseñado y guiado de principio a fin por dos coordinadoras, que dominan la metodología «nodriza» porque son alumni (hace 4, 5 años) y que son profesionales en activo. Ellas están en contacto con estudiantes, con profes, mentoras, ponentes, y con el equipo core de La Nave. Así podemos realmente decir que acompañamos experiencias de aprendizaje. Este año son Carmen Pereda y Ángela Pons para estratégico, y Nacho Fernández y Lu Gómez para interacción, coordinados a su vez por Daniela Rogoza.

Isa Ludita y Daniela Rogoza en La Nave Nodriza

Con Daniela Rogoza, Ła coordinadora del Programa de Diseño de Experiencia de Usuario, repasando los contenidos de la próxima edición

Digamos que el curso no termina del todo: en los años posteriores, es habitual que las alumni se acerquen a La Nave a las Open Talks, a las presentaciones de proyectos, a los Demo Days… y algunas luego serán mentoras, o con el tiempo profesoras, coordinadoras, formando parte del triángulo virtuoso enseñar > diseñar > aprender que nos fascina en La Nave Nodriza.

 

¿Cómo es dirigir La Nave Nodriza? ¿De qué estás más orgullosa?

¡Pues es un temazo! Yo no me identifico nada con los modelos tradicionales de liderazgo, me parecen obsoletos, elitistas, aburridos, rígidos, así que vamos explorando formas que responden mejor a mi ideal de dirigir una escuela. La Nave Nodriza es en sí misma un gran proyecto de diseño, y continuamente estamos iterando la manera de funcionar.

En la nave movilizamos a mucha gente -estudiantes, equipo de coordinación, docentes, mentoras, alumni, socios, ¡tenemos incluso un consejo de abuelas!…- aunque el core somos un equipo muy pequeño de cuatro mujeres: Marisa Benito (operaciones), Daniela Rogoza (formación), Isabel Cebrián (comunicación) y yo.

Equipo core de La Nave Nodriza

El equipo core, en la puerta de La Nave Nodriza: Dani, Isa, Marisa y Ludita.

Buscamos cosas como ser sensibles al contexto, integrar en nuestras dinámicas los cuidados, ser rigurosas en la práctica docente, generosas con nuestro tiempo y conocimiento… y eficientes en el día a día. Spoiler: la sororidad, la sociocracia y el diseño se llevan bastante bien.

Estoy muy orgullosa de muchas cosas, pero destacaría que, ocho años después, La Nave Nodriza es una pequeña escuela en Lavapiés y a la vez, una escuela de referencia nacional internacional.

 

Por curiosidad, ¿qué pinta tienen tus semanas en La Nave Nodriza? ¿Te importaría compartir una captura de pantalla de tu calendario?

Si te enseño mi agenda semanal te da algo, parece un tetris, y más en esta época del año que comienza el curso. Pero estoy encantada, ¿eh? hace mucho tiempo que decidí que no quería tener dos días iguales, y te aseguro que lo he conseguido.

Bueno, aunque cada día es distinto, también cada día se repite un ritual que comenzó en el confinamiento: de 9:30 a 10:00 el equipo core nos conectamos a desayunar juntas, y durante esa media hora no hablamos de trabajo.

Una de las cosas que más me gusta de mi trabajo es que paso mucho tiempo hablando con la gente.

 

Tengo entendido que tratas de combinar tu trabajo en La Nave Nodriza con proyectos de diseño. ¿Cómo compaginas ambas cosas? ¿Qué te lleva a continuar dedicando una parte de tu tiempo a diseñar?

Claro, la escuela es mi ocupación principal, pero no sólo «dirigirla». De verdad que diseñar experiencias de aprendizaje es apasionante, y es algo que en La Nave Nodriza no paramos de hacer con Daniela, que tiene muchos años de experiencia y es clave en el diseño de los nuevos formatos.

Mi intención es seguir en contacto con los proyectos, no perder el pulso del diseño de productos y servicios, me sigue encantando y además creo que es fundamental para que la formación en La Nave siga siendo actual y relevante.

Por ejemplo últimamente estoy participando en un proyecto para ayudar a una universidad pública a simplificar los procesos de estudiantes y docentes en sus programas de doctorado. Como tengo poco tiempo disponible, necesito dimensionar bien mi participación, y para eso es fundamental contar con un buen equipo.

 

¿Qué te inspira al diseñar un producto digital? ¿Puedes describir el proceso de diseño que sigues?

Ya te digo que yo hace tiempo que no diseño productos digitales… sin embargo ahora, que participo en proyectos muy abiertos, donde el resultado final no tiene por qué ser un producto digital, me lo paso de maravilla diseñando el proceso y participando en las etapas iniciales de investigación, desenmarañando poco a poco las que serán las claves del proyecto.

Trabajar con ilios es una maravilla. Concretamente, mi compañera Alex Filiatreau trabaja de una manera tan especial, tan entregada y tan precisa, que me ha cambiado la forma en que vivo el diseño. El último proyecto que hicimos con ella, Agus Jiménez y Jero Mazarrasa para Cadena Ser fue una experiencia inolvidable.

 

Muéstranos tres diseños (apps, cartelería, web, industrial, etc.) que te inspiren – solo imágenes o vídeos

Mira, aquí voy recogiendo los gráficos que ayudan a comprender y explicar las nuevas disciplinas del diseño.

Aparte, en distintos momentos de mi vida, estos diseño me han volado la cabeza por distintos motivos:

La tabla periódica de los elementos

La tabla periódica de los elementos

El cubo de Rubik

El cubo de Rubik

El hombre del Renacimiento

El hombre del Renacimiento


¿Qué consejo le ofrecerías a aquellos que comienzan a diseñar ¿Y a los que ya tienen algunos años de experiencia?

Creo que diría lo mismo a unos y otras:

  • Que elijan con quién trabajan: compañeros y compañeras de trabajo, jefas, clientes, proyectos. En este sector profesional tenemos mucha suerte, y es relativamente fácil moverse. Si no aprendes, si el ambiente es tóxico, si el proyecto apesta, busca otro sitio.
  • Que sean conscientes del impacto que sus diseños tienen en las personas y el planeta, y actúen de forma respetuosa.
  • Que no pierdan de vista su propósito, y se pregunten cada cierto tiempo ¿para qué diseñas? y si no les llena la respuesta, que busquen la forma de cambiarlo. El dinero no es el único indicador de éxito, ni el más importante.
  • Que no dejen de aprender, y de enseñar, a diseñar 🙂

 

¿Qué tres libros recomiendas?

 

Por último, ¿hay algo que quieras promocionar o enseñar?

Pues sí que voy a aprovechar: el Programa de Diseño de Experiencia de Usuario empieza en un par de semanas y aún queda alguna plaza, así que si llega alguien nuevo por haber leído esta entrevista, prometo nombrarte su madrina y celebrarlo como merece 🍾

 

Gracias por tu tiempo, Isa 🙂

Gracias a ti por el interés 🙂