El poder del interés compuesto en tu carrera de diseño

¿Alguna vez has oído hablar del efecto compuesto o del interés compuesto (más allá de en ambientes económicos)?

Leí sobre ello hace casi un año de la mano de Jack Butcher y unos meses después cayó en mis manos el libro The compound effect de Darren Hardy. Desde entonces no he parado de darle vueltas a cómo el efecto compuesto afecta mi carrera en diseño y mi día a día en el trabajo.

Te explico qué es el efecto compuesto y te doy ejemplos para que, si lo encuentras útil, puedas aplicarlo.

¡Vamos allá!

¿Qué es el efecto compuesto?

En pocas palabras: el efecto compuesto es el principio de obtener grandes recompensas a partir de una serie de pequeñas decisiones.

El ejemplo clásico lo encontramos en los intereses. El interés compuesto es aquel que se va sumando al capital inicial y sobre el que se van generando nuevos intereses. Es decir, existe un efecto multiplicador porque los intereses producen nuevos intereses.

No es difícil imaginar que la curva de crecimiento se asemeja a esta:

En el libro hay un ejemplo que es muy descriptivo:

Si te permitieran escoger entre un céntimo que se dobla cada día durante 31 días y una bolsa con tres millones de euros, ¿qué escogerías?

Supongamos que crees en el interés compuesto y que escoges la primera opción. Es posible que todo el mundo te diga que te has equivocado.

Si este céntimo se dobla cada día, el día 29 del mes ya tendrás 2,7 millones de euros, con tres días más para continuar doblando. El día 31 tendrás más de 10 millones de euros.

Si no te lo crees, tienes aquí el cálculo.

Si te lo quieres llevar a un ejemplo más cotidiano, te pongo otro. Hace unos meses empecé a aprender a tocar el piano. El primer día me costó una barbaridad pero aun así tomé la decisión de practicar cada día un rato. A medida que pasaban los días y se generaban nuevas conexiones neuronales aquello que inicialmente me costaba mucho podía hacerlo casi sin despeinarme. Todo era más fácil.

La fórmula que propone Hardy es esta 👉 Decisiones pequeñas e inteligentes + consistencia + tiempo = diferencia radical.

Pero, ¿cómo aplica todo esto en tu carrera en el mundo del diseño?

Diseña tu carrera

Sí, sé que suena irónico, pero tienes que diseñar tu carrera en el mundo del diseño. Si no lo haces (nada en contra) vivirás en piloto automático e irás creciendo, o no, en función de aspectos completamente ajenos a ti.

Igual que cuando planteas un proyecto de diseño piensas en un objetivo, ¿por qué no aplicártelo tú también?

Define un objetivo

¿Qué quieres? ¿Cuáles son tus objetivos? ¿Dónde quieres llegar? ¿Por qué?

La respuesta a estas preguntas te ayudará a definir los próximos pasos: ¿necesitas un portfolio con proyectos editoriales si quieres orientarte a diseño de producto digital? ¿necesitas crear una red de contactos o puedes pasar sin ella? ¿te iría bien crearte una marca personal o no? ¿deberías aprender a hablar en público?

Es cuestión de saber qué necesitas para llegar donde quieres.

Hábitos y compromiso

Todo esto es maravilloso pero es más fácil decirlo que hacerlo, ¿verdad?

Es la eterna tensión entre apagar los fuegos del día a día e ir avanzando hacia una visión. Te pasa a ti, a mi y les pasa a prácticamente todas las empresas.

En pocas palabras: el secreto de tu éxito se encuentra en tu rutina diaria y por lo tanto, en tus hábitos de forma acumulada. Tu cuenta bancaria, tu carrera, tu negocio… todo está afectado por el efecto compuesto.

Es muy fácil decir que «quiero cambiar el mundo desde el diseño» y que en tu día a día lo único que hagas es tomar decisiones tácticas y no tener espacio para pensar.

O afirmar que «quiero aprender a diseñar una tipografía» pero lees libros de otro tema y apuntarte a cursos que no tienen mucho que ver.

Lo difícil es luchar contra el «objeto que más brilla» y crear los hábitos para alcanzar aquello que quieres tan fervientemente.

En el proceso quizás descubres que no era aquello que querías. No hay problema: siéntate, dale otra vuelta y marca un objetivo.

Hay una especie de meme que ayuda mucho en este sentido:

«Pero voy a tener casi 30 años antes de lograr ser médico» Llegarás a los 30 igualmente y bien podrías ser un médico

Confía en el sistema

El progreso no se ve comparando un día con otro, se ve comparando un día con varios meses atrás.

Tú tienes un objetivo, pero tienes que confiar en el funcionamiento agregado de las «pequeñas cosas» y continuar poco a poco. El éxito (signifique esto lo que signifique para ti) es el resultado del hábito, no de un cambio de la noche a la mañana.

Te pongo dos ejemplos.

Aprender a tocar piano es algo que se me está haciendo lento. Cuando empecé pensaba que rápidamente podría interpretar cualquier pieza, tal y como veía yo en vídeos de YouTube. Cuando toqué la primera tecla y traté de poner todos los dedos para que sonara una escala me di cuenta que se me haría bola. Pero seguí porque tenía la visión y ahora ya puedo tocar una canción que me gusta, Joanne (Lady Gaga). Nada del otro mundo, pero estoy orgullosa.

El otro ejemplo es un clásico. Cuando empiezas a ir al gimnasio parece que lo único que haces es perder el tiempo y obtener agujetas como recompensa. Si vas de forma regular durante más de un año y comparas tu rendimiento con el del primer día verás que hay muchos cambios.

Aunque no lo veas, estás progresando.

Vale, muy bien, ¿y?

Desde que leí el libro de Hardy quise escribir el artículo, pero internamente tenía muchos frenos: hablar así de la carrera de un@ mism@ puede llevar a querer optimizarlo todo demasiado y dejando de lado otra cosa importante, vivir.

La teoría del efecto compuesto es extremadamente útil, también en cualquier proyecto que tengas ahora entre las manos, pero no te ciegues: se trata de encontrar un equilibrio sano entre aprender y crecer y tener tiempo para recargar pilas 🙂

Te dejo con una frase del libro que me gusta mucho:

En un mundo donde la mayoría de cosas no cumple las expectativas, tú puedes acelerar significativamente tus resultados y resaltar sobre el resto haciendo las cosas un poco mejor de lo esperado.

No se trata de echarle muchas horas, se trata de echarle horas que cuenten.

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