Cómo me convertí en Product designer

Desde que empecé uiFromMars en 2018 me preguntan de forma más o menos constante cómo empecé en mi carrera y cómo he llegado a la posición actual.

Hace unos meses escribí una guía práctica para hacer la transición de diseño gráfico a UI/UX, que contiene las diferencias y similitudes entre ambas vertientes, pero no incluye mucho sobre mi experiencia y creo que quizás es lo que haría falta añadir… así que hoy he decidido explicarte un poco más al detalle lo que he ido comentando en varios artículos.

Tendemos a ver a la gente por el sitio en el que está ahora, de manera que nos comparamos con 19 años con alguien que tiene 32 y que está en otro plano completamente diferente. A mí me pasaba (y de hecho, me pasa) y me genera más frustración que otra cosa.

Espero que de alguna manera te sirva conocer cómo he llegado hasta aquí, pero te advierto de que tiene algún que otro giro de guión y quizás no es el camino que piensas que he hecho 😅

¿Quiero estudiar diseño?

Nací en 1989 y de pequeña me pasaba el día dibujando o jugando con juguetes que me hacían pensar, como puzzles, LEGO tradicional y LEGO technic. Cuando llegó el primer ordenador a mi casa —y con él, Internet— me caí de cabeza en jugar con los juegos que traía Windows 3.1 y Windows 95 y a navegar por las páginas web que había en ese momento. Eran muy básicas, pero yo era muy feliz con esa ventana al mundo.

Si no recuerdo mal te estoy hablando del año 2000. Un año o dos más tarde registré mi primer dominio (lo pagó mi madre, claro), una página web dedicada a David Bisbal 😇 que diseñé y «programé».

En un inicio mi camino es muy autodidacta: empecé a copiar en Photoshop las páginas webs que veía y comencé a tratar de entender HTML y CSS a raíz de la funcionalidad de exportar que tenía el programa. De ahí me caí de cabeza a usar FrontPage y después Dreamweaver.

Tengo que decir que por aquél entonces no tenía ni la más remota idea de que existía la carrera de diseño como tal, yo solo hacía eso porque me gustaba.

Terminé ESO y me matriculé para estudiar el bachillerato socioeconómico, que aquél entonces era el más neutro (no tenía la complejidad del tecnológico ni tenía que estudiar griego o latín), con el objetivo de hacer la carrera de Publicidad y RRPP. El tema es que hice la Selectividad, no me llegó la nota y me matriculé en la carrera de Turismo. Claro que sí, guapi 😂

Un año después me di cuenta de que evidentemente eso no era lo mío, porque en paralelo yo seguía diseñando en casa de forma autodidacta, dedicándole muchas de las horas que otras personas dedican a salir con amigos o simplemente a descansar.

¡A estudiar diseño!

A mi madre le hablaron del grado superior (FP) de Gráfica Publicitaria y después de ver que tenía la asignatura de marketing (🤪) me matriculé allí para empezar en el curso de 2008. Sí, yo tampoco entiendo porque fue esa la asignatura que hizo que me atreviera a hacer un cambio de carrera.

El tema es que no había plazas en Gráfica Publicitaria y empecé ese primer curso haciendo Ilustración. Por suerte alguien se dio de baja y pudieron cambiarme… y digo suerte porque aunque dibujo bien, estaba a años luz del resto de mis compañeros. No tengo ni idea de quién fue la persona que dejó la vacante, pero creo que se lo agradeceré toda la vida.

Allí estudié las bases: tipografía, teoría de la imagen, historia del arte, marketing, teoría del color, fotografía, señalética… y muy, muy poco de diseño web. Piensa que esto es 2008 y «lo digital» no tenía tanto peso como ahora: Facebook solo tenía cuatro años y Twitter, tres.

Estos tres años los compaginé primero trabajando en una panadería (como llevaba haciendo desde los 16 años) y después haciendo prácticas en una empresa de perfumes en la que a duras penas entendían por qué necesitaban una página web o qué demonios era el diseño.

Start-ups, estudios, freelance y poco tiempo para vivir

Hasta ese momento había combinado mis estudios con trabajos esporádicos en panaderías y pastelerías.

En 2011 no tenía muy claro qué quería hacer: solo sabía que quería trabajar así que mientras estaba en la empresa de perfumes (me contrataron cuando finalizaron las horas de prácticas establecidas) busqué ofertas de empleo que tuvieran que fueran más «digitales».

Encontré trabajo en una start-up llamada yuilop, donde solo estuve 11 meses. Aprendí mucho, pero nunca sentí que me tuvieran mucho en cuenta. Estuve todo el tiempo haciendo de malabarista entre el diseño de la aplicación con Illustrator, la página web, banners (MUCHOS), material corporativo y promocional y piezas para redes sociales.

Vi que no quería eso y me matriculé, ahora sí, en la carrera de Publicidad y RRPP. No lo hice porque me gustara la publicidad, sino porque siempre he entendido el diseño como algo estratégico dentro de una empresa y sentía que me faltaban conocimientos en ese sentido. Si esa es la carrera adecuada para ello o no, es otro tema 😆 pero la verdad es que tampoco había tanta formación en diseño como ahora a precios accesibles.

Un detalle aquí: casi siempre he estudiado con becas, que me asignaban por tener siempre buenas notas. Las formaciones en diseño que cuestan un ojo y medio riñón siempre han estado fuera de mi alcance a no ser que pidiera créditos al banco.

Después estuve cuatro años (2012-2016) en un estudio de packaging donde lo que menos hacía era diseño web. Empecé allí siendo freelance, de modo que trabajaba allí a media jornada y la otra media la dedicaba a mis proyectos. Eso fue lo que me permitió aprender de forma autodidacta y empezar a ganar experiencia en diseño de identidades y páginas web mientras tenía medio salario fijo. En estos proyectos me pasó de todo: desde diseñar una identidad con un cliente que era daltónico (con razón me costaba dar con el color ideal para la marca) hasta tener que aprender cómo hacer una web multilenguaje con WordPress. Este proyecto fue un claro ejemplo de «tú di que sí aunque no sepas hacerlo y aprende por el camino». Me estresé bastante pero lo saqué adelante 😏 La mayoría de estos proyectos paralelos los hacía gratis o a precios que ahora me hacen llorar de lo bajos que eran.

En paralelo a todo esto, iba formándome haciendo pequeños cursos de UX y arquitectura de la información, branding y comunicación corporativa.

Todo esto pasó en aproximadamente cinco años y siendo sincera, nunca tuve muy claro qué quería hacer ni dónde. Me movía más por pura intuición que por tener claro que quería llegar a algún sitio en concreto.

Lo del «poco tiempo para vivir» del título es literal: me caí de cabeza en trabajar y hacer todos los proyectos paralelos que podía, lo que me dejaba bastante poco tiempo para salir de fiesta o con amigos. Claro que la contra es que pude independizarme con 25 años (2014) y adquirí muchos de los conocimientos que me están sirviendo ahora.

DDB y Holaluz

A raíz de una profesora que tuve en la carrera, Sam Júdez, me llegó la oportunidad de trabajar en DDB como UX/UI para Audi. Era la única persona con ese perfil que trabajaba para ese cliente, así que por mis manos pasaba el diseño de banners de campañas (especialmente el Audi Q2) y de mini-sites que acompañaban la campaña que se hacía offline en revistas y anuncios de TV. Estuve en la agencia de 2016 a 2018, aunque con el tiempo cambié de equipo y terminé en Volkswagen. Mientras estaba en la agencia me matriculé en el Máster Universitario en Aplicaciones Multimedia de la UOC y también empecé uiFromMars.

En 2018 vi que Marina Aísa escribió un tweet en el que buscaban perfiles de diseño en Holaluz. Yo la seguía a ella desde hacía tiempo, pero no conocía la empresa en la que trabajaba. Investigué un poco y decidí presentar mi candidatura para trabajar allí y finalmente lo conseguí 😁

En aquél momento uiFromMars solo tenía seis meses pero ya me había ayudado a posicionarme un poco en el sector y me permitió, de alguna manera, llamar un poco la atención. Este hecho es el motivo por el cual insisto mucho en los side-projects en las clases de portfolio: suelen ser los proyectos con los que aprendes y que, a veces, te ayudan a sobresalir.

Aunque en Holaluz ya había algunos perfiles de diseño, no había todavía mucha cultura de experiencia de usuario o diseño de interfaz. Con un pico y una pala empezamos a hacernos camino, pero llegó un día en verano de 2019 en el que por diversos motivos me quedé sola 😂 , liderando un equipo en el que solo estaba yo 👌. Maravilloso.

Afortunadamente a finales de 2019 fichamos a Iban Curdu y a Carmen Ansio y durante 2020 fui manager, lead e individual contributor (sí, suena poco sostenible… aquí te cuento en detalle todo esto). Este 2021 el equipo ha vuelto a crecer con Clara Ibars y David Bretos y junto con el resto de perfiles externos continuamos con el pico y la pala avanzando poco a poco 🖖

Twitter y Automattic

Después de Holaluz llegó la oportunidad de trabajar en Twitter. Alguien que trabajaba allí me envió una oferta de trabajo para que la compartiera en la newsletter y en mis redes. Al cabo de un tiempo, me preguntó que por qué no probaba suerte y me apuntaba a la oferta. Honestamente, hasta ese momento ni siquiera me lo había planteado. Después de pasar por varias entrevistas, lo conseguí 💃

Poco me imaginaba que vendría Elon Musk, compraría la empresa y echaría a un porcentaje altísimo de empleados. Unos cuatro meses después de que acabara mi aventura en Twitter, empecé a trabajar en Automattic. Escribí otro artículo en el que entro en más detalle sobre cómo es trabajar en inglés.

Vale muy bien, ¿y?

Quería escribir este artículo para que vieras que no existe un camino estándar ni un tipo de formación que tengas que tener sí o sí.

Mi camino ha sido (y es) muy autodidacta y lleno de curvas: he ido combinando trabajos que poco a nada tenían que ver con el diseño de interfaces y UX con proyectos propios y algunos de clientes externos que me han permitido experimentar, equivocarme y aprender. En mi caso además, es un camino que está marcado por haber trabajado en empresas que no tenían muy claro qué hacía ni qué valor aportaba el diseño.

Quiero compartir contigo una de las primeras tres historias que contó Steve Jobs en la Universidad de Stanford en 2005:

No compares tu camino con el de nadie y no te agobies demasiado si ahora te parece que no tiene mucho sentido o que no vas a ningún lado. Tampoco estudies más de la cuenta: en mi opinión el diseño es una carrera en la que, una vez conoces los básicos, se avanza más con la experiencia (aunque sean proyectos propios) que empalmando másters con bootcamps y cursos breves.

PD: La imagen que ilustra este artículo es literalmente un diseño que hice en 2009 y colgué en Facebook. Ha llovido un poco desde entonces…